Los 5 pasos

Continuamos retomando las recomendaciones de Isaac Robledo y su libro Guía de Hábitos Inteligentes. 36 pequeños cambios de vida que su cerebro agradecerá. Vamos directo al siguiente bloque:

#1 Llevar a cabo experimentos de vida
Aunque puede sonar como algo relacionado con un laboratorio, hacer experimentos de vida es algo relativamente sencillo. Observa un aspecto de tu vida que te gustaría cambiar, comienza por tener conciencia acerca de si es un hábito, un complejo o algo parecido. A continuación comienza a llevar un registro de las variables. Una vez que detectes claramente la raíz del asunto comienza a corregir, te darás cuenta de tus avances conforme vayas registrando.

#2 Resolver problemas de matemáticas mentalmente
Desde que se inventaron las calculadoras hemos dado por hecho que ya no requerimos hacer ningún cálculo “a mano”. Si bien la tecnología nos permite tener una vida más cómoda, también es cierto que nos puede volver perezosos en ciertos aspectos. Puede hacer ejercicios muy sencillos como por ejemplo hacer la sumatoria de los precios en el supermercado, contar objetos a lo largo del día, calcular la propina en un restaurante o aprender las tablas de multiplicar del 12 o del 15.

#3 Socializar su cerebro
Hemos evolucionado en un contexto social, nuestros antepasados se ponían de acuerdo para cazar, buscar comida, cultivar y así gradualmente fueron surgiendo la civilización y la cultura. La forma más obvia y sencilla en la que aprendemos es mediante la socialización, pues escuchamos y somos escuchados, dialogamos y debatimos. Por eso, en esta época en la cual la conversación se ha digitalizado en las pantallas, no pierda la oportunidad de conversar cuando tenga reuniones persona a persona.

#4 Hablar con niños que tienen curiosidad
Cuando somos niños tenemos una avidez de aprender y conocer. En nuestra edad temprana tendemos a cuestionar porque nuestra curiosidad está en auge, todo no es nuevo y sorprendente. Sin embargo, conforme crecemos nuestro proceso de pensamiento se vuelve acartonada y nuestra curiosidad disminuye. Si conversamos con niños podemos aprender de nuevo a tener nuestra curiosidad alerta y estar abiertos a la oportunidad de saber cosas innovadoras.

#5 Tener una conversación estimulante con un amigo que provoca a la reflexión
Tenemos el hàbito equivocado de que llega un momento en que no podemos aprender más, que ya lo que tenemos es suficiente y nos esforzamos poco por aprender cosas nuevas. Las personas inteligentes suelen estar bien informadas, tienen curiosidad sobre todo tipo de temas, y tienden a tener muchas ideas en la mente, como si fueran máquinas pensantes. Si nos equivocamos en algún tema o forma de pensar es más fácil corregir si estamos acompañados de una persona inteligente o que tenga más experiencia que nosotros. La recomendación es mantener una mente abierta para escuchar y aprender de la gente que consideramos inteligentes o muy preparados.