Al comenzar el año nos enfocamos en describir objetivos, ya sean personales o profesionales. La tendencia durante enero es pensar y reflexionar que hicimos en el último año, en una especie de “corte de caja”. Y a partir de ello comenzamos con un ánimo encendido para hacer mil cosas, sobre todo aquellas que hemos dejado rezagadas por la indisciplina.

Por lo regular vemos en redes sociales o en otros medios, a emprendedores que consideramos exitosos y los vemos con un poco de admiración y otro tanto de sorpresa porque al verlos en acción pensamos “¿qué me ha faltado para dar el paso?”
Hay que decirlo también, emprender no es nada sencillo, de hecho, es muy complicado. La primera gran condición es tomar la decisión y dar el paso a la acción. Empieza por explorar los nichos más factibles en el mercado y verifica de todo aquello en lo que tú sabes y eres experto, cómo se pueden conectar.

A continuación, comienza a observar cómo lo han logrado otros, cuál es el “blue print” de ese emprendedor o empresa a la que admiras y que te hace querer dar el paso. Luego de ello, empieza a escribir tus ideas, comienza a desarrollar lo que quieres lograr, piensa en el tiempo que debes invertir para cada actividad.

Piensa paso a paso hacia dónde quieres llevar tu emprendimiento, analiza las opciones de financiamiento, reflexiona con quien debes asociarte, quienes pueden ser tus mentores, y revisa las opciones en el mercado que te permitan ir escalando.
Hay un elemento muy importante: la paciencia. Recuerda, Roma no se hizo en un día, y tu esfuerzo se ha de ver coronado en el tiempo si vas paso a paso, con disciplina y paciencia.

¿Qué tal que este año te animas a dar el paso para desarrollar esa idea que has tenido en la cabeza durante meses o años? ¿Qué te falta para dar el primer paso?

¿Estás listo? Es la hora de emprender